Se cumplen 25 años de uno de los acontecimientos más impresionantes y recordados dentro de la Fórmula 1, relacionado con una desastrosa parada de pits y que casi le cuesta la vida a un tal Jos Verstappen (padre de Max Verstappen) por aquel entonces piloto del montón de una Fórmula 1 distinta a la de hoy en día en todos los aspectos.
Si bien hoy en día muchos discutimos y deseamos que vuelvan los repostajes para hacer mucho más emocionante y difícil la categoría, nunca nos hemos puesto a pensar de lo que peligrosas que solían ser esos respostajes y que mejor recordatorio que lo sucedido en Hockenheim un 31 de julio de 1994 durante el Grand Prix de Alemania. La carrera llegaba a Alemania con un Schumacher que en esos momentos solía ser un piloto bastante sucio y hasta polémico que no respeta nada y quería la victoria a como diera lugar sin importar el costo, la carrera anterior, Schumacher había sido suspendido por no haber esperado las banderas negras en plena competencia en Silverstone, pero Benetton de la mano del nefasto Flavio Briatore había apelado la suspensión de dos carreras.
Schumacher quería ser el primer alemán en ganar el Grand Prix local, pero sabía que la pista era diferente y dura y que más se ajustaba a los Ferrari con motor V12. La carrera comenzó con un incidente en la primera curva que terminaría suspendiendo una carrera a Mika Hakkinen, lo que dejó con el liderato a Schumacher seguido de Gerhard Berger, pero lo peor estaba por pasar, Schumacher entra a la altura de la vuelta 13 a pits sin problema alguno, dos vueltas después sería Jos Verstappen, todo normal hasta que colocan la manguera de combustible que termina roceando de gasolina el monoplaza y algunos miembros del equipo, entre ellos Paul Seaby.
Seaby era uno de los responsable de la rueda delantera derecha, que dio la espalda pero sintió cuando le cayó el liquido en la parte de atrás, poniendo las ruedas estaban cuando vieron lo que creyeron era agua en el aire, lo cual le parecía inusual, al momento recapacita y se da cuenta que es combustible y decide salir y de pronto todo se prende en llamas con Verstappen metido en el monoplaza y otros miembros del equipo alrededor, claro que el fuego se apagó en segundos, pero dentro del garaje del equipo todo era una confusión, ya que se tenían que preparar para recibir a Schumacher pero a la vez tenían que atender las quemaduras de las personas que fueron atrapadas en el fuego, entre ellos Verstappen.
El piloto Holandés recuerda que le echaron agua y luego crema, fue al hospital para un chequeo y salio bien, casi no respiro combustible como le paso a Lauda, además suele decir que es el incidente por el cual mucha gente le recuerda, con algunas secuelas como cuando bebe vino de vez en cuando y a veces cuando la cara se le pone roja donde se quemó. De vuelta a la acción y tras la euforia del momento y posterior shock en el garage tras haberlo apagado, llegó Joan Villadelprat que en ese entonces era director de operaciones a preguntar si podían hacer otra parada de boxes, a lo que el equipo dijo que si y se prepararon para recibir a Schumacher, mientras se sacaba el auto de Verstappen pero mientras eso pasaba, recibieron un mensaje en donde comunicaban que el auto de Schumacher tenía problemas en el motor y se retiraba por lo que todo termino allí.
Fueron tres los quemados: Simon Morley, Wayne Bennett y Seaby, con quemaduras en la cara, aunque Simon era el peor, pero fueron a chequeo y todo quedo bien, claro esta que el momento quedo inmortalizado gracias a las fotos de Steven Tee, y las imágenes en las televisoras de todo el mundo, siendo el tercer cuadro el más famoso de las tomas de Tee, y que literalmente se uso para todo, con el pasar de los años, la FIA se centró en un filtro faltante que fue lo que provocó el incendio aunque el equipo pensó lo contrario, a pesar de todo, son imágenes que nunca se olvidan por lo peligroso que hubiera podido haber sido todo quizás unos 15 años antes, y que ahora forman parte de la exquisita historia de la Fórmula 1.
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