Un día como hoy, pero de hace 20 años, moría trágicamente el que para mucho ha sido el mejor piloto de Fórmula 1 de la historia, el brasileño Ayrton Senna da Silva, el piloto más rápido de la historia, perdía la vida a las 2:17pm cuando su monoplaza se estrellaba contra el muro de concreto de la cruva Tamburello, finalizando así la jornada trágica de Imola que había reclamado también la vida de Ratzenberger más un serio accidente que había sufrido Barrichello un par de días antes.
La imagen de Senna aun persiste en Imola, como es ya tradición en la región italiana y Sao Paulo, se le rinde homenaje al piloto, recordado por su caridad, carisma y sus tres títulos mundiales, el brasileño era un ferviente creyente que encontraba consuelo en la Biblia, llegando a donar importantes sumas de dinero para ayudar a la gente menos privilegiada. Para la gente de la localidad del norte de Italia, lugar donde se han venido realizando una serie de eventos en su memoria para conmemorar los 20 años de su muerte.
De igual manera Senna era un fuerte criticó de sus rivales, como muchas recordaran una serie de problemas que tuvo con Berger, y en especial contra Prost, su archirival en McLaren lo cual costó el título de 1989, ganó los títulos de 1988, 1990 y 1991 y siempre mantuvo un perfil bajo, pero las cosas se complicaron en 1992 y 1993 donde no logro nada. Para 1994 el brasileño firmó con Williams-Renault partiendo como favorito, pero la cosa sería mucho más difícil, el FW16 no era un monoplaza apto para Senna, primero el cockpit era demasiado estrecho, segundo era veloz pero difícil de conducir. La temporada comenzó en Brasil y Senna terminó abandonado, luego vino El Gran Premio del Pacífico donde luego de haber ganado la pole, fue golpeado por Hakkinen dañando su monoplaza para terminar en definitiva tras el golpe de Nicola Larini en su Ferrari, marcando el peor inicio del brasileño en una sola temporada.
Pero lo peor estaba por llegar con la 3era. carrera de la temporada que tendría lugar en Imola para celebrar el Gran Premio de San Marino, las cosas habían comenzado mal, primero fue el serio accidente de Barrichello que lo dejó fuera de competencia, un día después durante las calificaciones, el austriaco Ratzenberger moría en la curva Villenueve tras estrellarse a 314km/h en su Simtek, este hecho fue clave y dejó a Senna marcado por lo sucedido, sin saber que 24 horas más tarde, la víctima sería el propio Senna.
Durante la salida de la carrera, se produjo un gran accidente, por lo que el safety car tuvo que salir a pista, este más lento que los demás incomodó a Senna quien le hacía señas de que avanzara más rápido, entre las vueltas 5 y 6, el volante del FW16 subía y bajaba en cada curva aunque no era algo de que preocuparse, una vez se reanuda la carrera, el problema del volante aumenta y para cuando este llega a la curva Tamburello, el volante se le cae a Senna debido a una rotura en la barra de dirección, en un intento de desesperación, el brasileño intenta reducir la velocidad de 314km/h a 211km/h pero ya el destino estaba marcado, Senna entonces terminó impactando contra el muro, entonces una llanta que salio disparada por la presión del golpe, terminó golpeándole la cabeza dejándolo inconsciente, luego una varilla de la suspensión le atravesó el casco y la visera, ocasionandolé una seria lesión en el cráneo y la perdida de masa encefálica.
El equipo médico llegó rápido a la zona y se le hizo lo posible para estabilizarlo y llevarlo a un hospital cercano, horas más tarde, como comentaba Sid Watkins, el campeón terminó expirando, muriendo el hombre y naciendo la leyenda.
Y es que para muchos, después de Senna ya no hubo más supercampeones, quizás por su manera de ser, su trato con el público y de ayudar a los necesitados, pero lo más importante es que era un campeón no solo en el circuito sino en la vida.
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