Fue un fin de semana como hoy, pero de hace treinta años, cuando en frente de unos 44,000 mil espectadores, Niki Lauda y Alain Prost decidieron el campeonato más estrecho en la historia de la Fórmula 1.
Fue durante el Grand Prix de Portugal, el cual se corría por primera vez desde 1960 en la pista de Estoril, tan así era, que la pintura de los pianos y bordes todavía se estaba secando cuando las escuderías llegaron para disputar la 16ava., carrera y final de la temporada de 1984. Se agregó un día extra para las practicas en esa ocasión, para el día viernes, una fuerte lluvia cayó en la región agravando un poco la cosa, debido al inadecuado sistema de drenaje que limitaba las capacidades de los monoplazas, por lo que la mayoría de los mecánicos improvisaron un partido de football para matar el tiempo en la recta principal de la pista, lo cual no fue visto con buenos ojos por la policía, que andaba de malas al parecer, ya que llegaron a decomisar el balón. Un jovencisimo Nigel Mansell salio del pit wall y pidió que les devolvieran el balón, el cual fue devuelto por el gendarme, evitando así un incidente mayor.
Cuando se reanudaron las practicas, tuvo lugar otro incidente con Gerhard Berger quien se despistó causando que piedras de los bordes del asfalto se esparcieran con fuerza suficiente para lastimar a un comisario de pista, luego el ATS-BMW terminó completamente demolido contra las barreras retrasando de nuevo las cosas.
Al final todo se normalizó y la carrera pudo tener lugar. En aquel entonces Lauda era el líder por tan solo 3.5 puntos de Prost, tal diferencia venía desde Monaco cuando una accidentada pista hizo que la carrera se detuviera antes de unos tres cuartos de distancia, eso significaba que Prost tenía que ganar y que Lauda quedará en 3ero., o más bajó, ya que estaban en disputa 9 puntos para el primer lugar y 6 para el segundo.
Por supuesto que el que mejores opciones tenía era Prost, ya que había ganado la pole y saldría en la primera línea de la grilla junto al Brabham-BMW de Piquet, mientras que Lauda había tenido una horrible calificación y saldría 11avo., y todo gracias a ese despiste que sufrió, pero su peor problema era la falta de poder de su Marlboro McLaren TAG turbo V6, de todas formas Lauda no tenía nada que perder, y luego de mostrarse cauto durante la primera vuelta, comenzó a trabajar metodicamente a trave´s de la pista logrando avanzar sucesivamente, ya para la vuelta 6 el austriaco estaba en la 9na., posición, luego en la 18ava., vuelta era 7mo., en la 28ava., vuelta estaba en la 5ta., posición, y para la vuelta 51 había establecido el record de vuelta más rápido, mientras tanto Mansell sufría un trompo y caía del segundo lugar con problemas en los frenos de su JPS Lotus-Renault.
En ese momento, Prost estaba a la cabeza sin nada más que hacer, había ganado 7 carreras en aquella temporada mientras que Lauda había logrado 5 venciendo al austriaco en todo menos una calificación. Increiblemente fue Lauda quien al final resulto ser el campeón a pesar de haber quedado en 2do., lugar mientras que Prost anonadado por el resultado, no le quedó otra que felicitar a su celebre coequipero, Lauda regresó el favor y el cumplido diciendo que con toda sinceridad que el tiempo de Prost había llegado y que ganaría el título el próximo año, en el podio les acompaño el iconico Ayrton Senna a bordo de un humilde Toleman-Hart, concluyendo así la diferencia por el campeonato más estrecha en la historia de la Fórmula 1.
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